Mein endlicher Reich
sábado, agosto 07, 2004
 
[Desde la ciudad de Barcelona me he acercado a un centro de internet para realizar un par de comentarios que he considerado necesarios.]

Preludio: Una visita a la catedral de Santiago de Compostela

Recientemente visité Santiago de Compostela con ocasión de los Concertos do Novo Milenio allí acaecidos, viaje que describe con mayor detalle en su blog iwan_manjak. He de mencionar algo que sucedió cuando visitamos la catedral.

Algunos lugares poseen poder. Al entrar en la catedral de Santiago se hace presente el poder de una fe que ha peregrinado durante siglos al lugar del sepulcro del apóstol. Esa fe, el poder que esa gente ha concentrado sobre el lugar, permanece allí, y lo hará mientras siga habiendo gente que lo canalice. El Dios cristiano, forjado por esa fe de dimensiones inconcebibles, ha ido adquiriendo una existencia y presencia apreciable en esta catedral. Este es un Dios celoso, que castiga a aquellos que no se someten a él. Y su presencia se siente en cuanto entras a su templo. Nada más entrar, se puede sentir un cosquilleo ocasional, como de una presencia difusa, vaga, aún no focalizada. Pero al llegar al altar mayor esa presencia te llega de forma casi aplastante. Sabes que aún no se ha percatado de tí. Pero sabes que quizá lo haga, si haces algo que llame su atención. En un momento dado he de resistir la fuerza de esa presencia, que intenta someterme, noto como si me dejo llevar caeré de rodillas al suelo y lloraré ante Ello. Después se aplaca un poco, y continuamos la visita. Con intención de ver el sepulcro del santo, nos ponemos en una cola. Pero tras un rato, estando cerca ya de la meta, descubrimos que es la cola equivocada, que esta nos lleva a la cabeza de piedra donde colocas las manos y golpeas con tu cabeza. iwan_manjak y yo nos miramos, los dos tenemos la certeza de que haciendo eso llamaremos la atención sobre presencias que es mejor dejar tranquilas. Mejor es que lo que aún no nos ha encontrado no nos encuentre. Salimos de la cola, pasando por debajo de las cintas separadoras. Salimos del templo. Suponemos que nuestros tormentos en el Purgatorio se habrán incrementado con nuestras acciones. Y dejamos de sentir esa presencia de un Dios forjado por miles de personas que lo crearon creyendo en su dominio.

The Dream Of One Man

Esta mañana visitamos el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, y no pude sino maravillarme ante lo que me pareció el fragmento de sueño más extraño jamás arrojado a la realidad. Así como en otros siglos hombres trabajaron para dar forma a las catedrales que hoy en día contemplamos maravillados, hoy en día aún se trabaja en esta inmensa obra, que superará a todas las ya existentes cuando, en ese teórico año 2020, se comience a vislumbrar su finalización. Las ya construidas torres de las fachadas laterales son ya de una altura impresionante para una catedral, no obstante, la que deberá ser la cúpula central habrá de casi duplicarlas en altura -- imaginarla en este momento resulta casi imposible, por cuanto las ya existentes rozan los límites de lo que parece posible en este tipo de edificios, no cabe duda de que cuando esté terminada obligará a la más insensible de las apreciaciones artísticas sobrecogerse -- coronada en la cima por una cruz de dimensiones tales que en el interior de sus brazos habrá sitio para una persona de pie, que podrá contemplar la vista del templo y de la ciudad desde allí como si de un mirador se tratase.

Así como la catedral de Santiago tenía poder, este edificio también tiene poder. Pero este es un poder distinto. Si el de la primera proviene de la fe de millones de personas, el poder de este último procede del sueño de un sólo hombre. Un sueño de tal intensidad que poco a poco va penetrando en nuestra realidad. Un edificio que resulta inconcebible al común de los mortales, pero que existe en los mundos de Sueño. Un hombre visionario, capaz de hacer temblar a los cimientos de nuestra realidad. No puedo sino recordar una frase de Delirio: "his madness keeps him sane".

Una noticia del periódico

Numerosas noticias sobre malos tratos abundan en nuestros periódicos en los últimos tiempos. La de hoy, sin embargo, no deja de parecerme curiosa. Aparece en El País, no me acuerdo si en la sección de Cataluña o en la nacional. Menciona una sentencia judicial en la que le se prohíbe a él acercarse a menos de 100 metros del domicilio de ella. En este caso, él y ella eran mendigos, y el domicilio se trata del cajero automático donde solían dormir. Digno de una partida del mismísimo iwan_manjak ;-)

Comments:
2 comentarios, y por orden inverso a mi lectura:

1: Yo también leí la noticia y me alegró el día. Logré una orden de alejamiento del padre de mi hijo, y ver que hasta las indigentes consiguen ya protección me alegró. Me gustaría saber qué juez tuvo el valor de dictar esta sentencia probablemente uno que o se deje obnubilar por una minifalda ;)

2: Espero que hayas escalado las torres de la Sagrada Familia por las escaleras. Es una experiencia mística, si logras hacerlo en temporada baja o sin encontrarte con turistas por el camino... hace años lo hacía con cierta asiduidad, como método peripatético de concentración. Hoy en día lo hago con mi hijo, deteniéndonos a sentir las ráfagas de viento, a contemplar los ángulos que se van desvelando...
 
Desgraciadamente estaba lleno de turistas y subir a las torres no fue la experiencia que yo esperaba. Espero poder repetir algún día, en una época en la que no haya tanta gente, creo que sería ideal poder subir solo..
 
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