Mein endlicher Reich
sábado, octubre 30, 2004
 
Whenever I'm alone with you
you make me feel like I am home again...
Ese pensamiento me pasa por la cabeza a menudo últimamente. Esa añoranza por el sentimiento de tener hogar. No un hogar físico, no un hogar familiar exactamente. Pero sí que echo en falta la sensación de pertenecer a algo, a algún sitio. Espero que esta sensación se diluya un poco una vez que mi organismo se acostumbre a esta luz, al otoño, y compre un bote de vitaminas para acompañar al café del desayuno (estas cosas algo ayudan a veces...) Y es que esto de tener un estado anímico tan sensible a los cambios de luz a veces es una lata...

En fin, seguiré compilando paquetes para linux... [Nota mental: seguir compilando paquete mental para mejorar la sintaxis]

lunes, octubre 11, 2004
 
Me levanto esta mañana y tras un rato descubro que mi estado de ánimo se acerca al que propició la creación (o re-creación) de este blog. Así que me pongo a escribir. Tristemente no tengo mucho de qué escribir, me he pasado la mañana navegando por las páginas de los múltiples proyectos en los que se dividió el BSD tras su liberación. Soy un freak del *nix, supongo. Mientras tanto, no dejo de observar el icono del Messenger parpadeando, sin conseguir acabar de conectarse en todo este tiempo. Hoy no es un buen día para las comunicaciones. El tiempo otoñal me causa un estado de bienestar relajado y un poco alejado del exterior, un estado como de introspección, un "ahora es el momento de plantearte la vida y elegir". Entonces pienso, pero sobre nada en concreto. No acabo de situarme en ningún papel, estoy en un limbo en el que comparto aspectos de la vida de estudiante, de vida ociosa, de una especie de inicio en la vida laboral... Pero no se configuran como nada en concreto. Así, estoy delante del ordenador que me sigue a todas partes, en León, que es donde aprovecho para escribir algo en este blog, preguntándome por qué no organizo mi vida un poco, establecer un horario por las mañanas al que atenerme, buscarme un par de alumnos por las tardes para aliviar mi situación económica, ir a la piscina o apuntarme a un gimnasio, comenzar con las clases de polaco, incluso empezar a visitar algún curso de doctorado en la UAM. Me falta voluntad. Nunca ha sido abundante, pero ahora me falta explícitamente. ¿De dónde saco más? Tampoco estaría mal dirigir una partida. Si reuniese una poca de voluntad podría acabar de preparar la que tenía entre manos antes del verano, y dirigir me aportaría bastante... Si no dirigir, jugar, tampoco estaría nada mal. Llevo más tiempo del que me gustaría sin jugar...

sábado, octubre 09, 2004
 
Acabo de releer mi post anterior y he decidido que la sintaxis me la he dejado en casa al salir de Madrid. Lo siento, chicos, espero escribir mejor la próxima vez.

 
¿Qué sucede? ¿Qué es lo que no marcha como debería? Mi vida está algo descentrada en este momento, y no sé cómo centrarla. No sé cómo reenfocar lo que falla, no sé exactamente qué es lo que falla. Reca me dijo la semana pasada: "Tú necesitas una novia". Quizá tenga razón. Supongo que un poco de estabilidad emocional no me vendría mal. Pero tampoco es algo que puedas ponerte a buscar. Contra lo que yo creía hace un tiempo, no es tan fácil conocer a alguien con quien puedas llegar a comunicarte de forma tan completa. Lo descubrí hace algo más de un año, cuando Anja me dijo que finalmente no iba a dejar a su novio, y yo me dí cuenta entonces de que aquello había llegado a un punto que yo no había conocido antes, y que necesitaba más. Pero ella ya había decidido que no quería más. Y yo no podía seguir como hasta entonces. Tuve que decidir, y decidí que era mejor dejarlo en ese punto, nada bueno traería seguir así. La herida tardó en curar, y las cicatrices aún están ahí. Ahora me gustaría volver a estar en aquel lugar, pero hasta ahora no he vuelto a conocer a nadie que me haya sabido llevar.


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