Mein endlicher Reich
jueves, julio 29, 2004
 

Delante de mi mesa, en casa de León, donde viví con mis padres hasta que me fui a Madrid. Encima de ella hay:

Por supuesto, en los estantes que cuelgan encima suyo hay más cosas, más tecnología, más progreso, más muletas. Pero sólo hablaba de la mesa escritorio. Pertenezco a una raza o subespecie del género humano obsesionada con la tecnología, con todo aquello que a primera vista tiene el potencial de facilitarnos la vida, hacernosla más cómoda o simplemente más colorida, de alguna manera. El discman fue el primero en llegar, en sustitución de un viejo pero aún funcional walkman, hace tres años y medio. Probablemente ésta era la edad que tenía el walkman cuando fue sustituído. ¿En qué pienso, cuál es mi obsesión sobre el tema? Cambiarlo una vez más, por supuesto. Se me hace necesario almacenar megas y megas en el mismo soporte, no tener que cambiar CDs mientras voy por la calle, poder llevar conmigo siempre y en todo lugar discografías completas de mis grupos preferidos, las obras completas para piano de Chopin y las sinfonías de Beethoven sin cambiar de medio, sin rebuscar en la mochila. ¿Es acaso éste un cambio que traiga algún tipo de evolución espiritual, de ascensión? ¿Cómo abordar esta pregunta?

Al adquirir uno de estos objetos, hay un periodo de satisfacción más o menos prolongado cada vez que lo miras, lo utilizas, piensas en ello. "Cómo mola", piensas. Pero luego la vida es esencialmente la misma. Ejemplo (1997):

-- Sentado en la mesa, escribiéndo unas breves anotaciones en papel con la pluma. Se acaba la canción. Rebobino la cinta hasta el comienzo de "xxxx" y sigo escuchando y escribiendo.

Ejemplo (2001):

-- Sentado en la mesa, escribiéndo unas breves anotaciones en papel con la pluma. Se acaba la canción. Pulso un par de veces en el botón de retroceder del discman y sigo escuchando y escribiendo.

Ejemplo (2004):

-- Sentado en la mesa, escribiéndo unas breves anotaciones en mi blog con el ordenador. Se acaba la canción. Pulso un par de veces en el botón de retroceder del discman, y sigo escuchando y escribiendo.

Ejemplo (2005-6?):

-- Sentado en un vagón del metro, escribiendo unas breves anotaciones en mi blog con la PDA. Se acaba la canción. Busco en la lista de reproducción de mi PDA la canción "xxxx" y sigo escuchando y escribiendo.

¿Ha cambiado algo? Sí y no. Desde luego, externamente, sí. Cambian las circunstancias, los medios, los utensilios. Eso es indiscutible. ¿Cambia algo más? Veamos... La diferencia entre escuchar música en un discman o en un walkman, a parte de las características puramente técnicas, no es esencialmente diferente. Ambos medios permiten escuchar una selección de aproximadamente una hora y algo de duración, ambos permiten personalizarla hasta cierto punto. Pero la forma en sí de escuchar música, es esencialmente la misma. Nada nos cambia, realmente, de pasar de uno a otro. Por otro lado, la diferencia entre escribir en papel y escribir en un ordenador sí merece una breve comparación. Por lo menos en mi caso, la hoja en blanco es indomable. Cuando escribía en papel, no era capaz de llenar una hoja con nada decente, si ésta estaba en blanco. Acabé descubriendo que con papel sucio, ya escrito por una cara, o a trozos, era más fácil. Pero aún así... Además, escribir en un ordenador de sobremesa es complicado: ya no estás cerca de lo que escribes, el escrito parece alejarse. Escribo aquí, en este teclado, pero me aparece allí, en aquel monitor. Por eso el descubrir el portátil, que inicialmente no me atraía, fue un momento interesante. Escribo con la comodidad del teclado, mi "hoja de papel" no está en blanco, ya que tiene barras de herramientas, ventanitas, cosas de colores, etc. Además, el teclado está al lado de la "hoja de papel", no hay distanciamiento entre el proceso de escritura y el escrito. Escribo y veo lo escrito en el mismo sitio. Es ¡casi como escribir en papel, solo que más cómodo! Sigo teniendo arrebatos de escribir algo en papel, y entonces eso tendré que escribirlo en papel, o momentos en que el papel me parezca más cómodo o simplemente sea lo más accesible en ese momento, pero la comodidad del portátil me ha permitido eliminar parte de esa pereza que surge al enfrentarse al acto de escribir algo. Estoy convencido de que estas reflexiones que aparecen en el blog jamás hubieran sido escritas en papel, simplemente porque en papel tras las dos primeras frases me hubiese bloqueado, las hubiese releído una y otra vez, para después tacharlas y reescribirlas, y luego tirarlas al reciclaje. En este sentido, la tecnología sí ha cambiado algo.

¿Y el resto? La impresora en color, el preamplificador, el volúmen de The Sandman, y la mayor parte de los CDs y el DVD alquilado son puramente complementos estéticos. No producen verdaderamente cambios profundos. ¿O sí...? ;-)


domingo, julio 11, 2004
 
Próximamente, una reflexión sobre lugares y vidas. ¿Por qué tuve que marcharme de León, por qué llegué a Madrid, por qué necesité irme de Madrid, y por qué, una vez de vuelta allí, decido quedarme temporalmente...?


 
¿Cuál es la necesidad que tenemos de repetir frases altisonantes para sentirnos más sabios, más "filosóficos"?


 
Pequeña reflexión sobre las relaciones humanas, la evolución personal y el sentido de la vida.

Leo el blog de manjak y estoy a punto de precipitarme en uno de esos torbellinos de sensaciones, de tiempo perdido, que me suceden cuando entro en un ciclo retrospectivo para el que no estaba preparado en ese momento. Y el primer impulso es escribir. Tiendo a querer ser grandilocuente. Pero no da resultado por no tener nada que contar realmente importante. Entonces el siguiente impulso es dejarlo: para qué molestarse en escribir basura. Esta vez he superado los dos primeros impulsos, y entonces comienza a aparecer el tercero: el del Examinador. En lugar de actuar según estos dos anteriores impulsos, cobra vida en mí una actitud de examinarlos, ya no sólo los dos primeros, sino también el que me está forzando a escribir lo que escribo. ¿Y qué es? Cuando he leído el último post de manjak he sido arrastrado a ese lugar mental, el "Torbellino del Tiempo Perdido", que es un lugar que suelo visitar, o más bien, que suele visitarme, cuando entro en retrospectiva, sea propia o de alguien (y es que internet difumina ya no las barreras sociales, sino también las personales, los blogs van poco a poco borrando esa línea entre conocidos y desconocidos, entre tú y yo...) y que probablemente es lo que indujo a escribir lo que escribieron Proust o Virginia Woolf. Es un lugar en el que recuerdo mis intentos de levar a cabo diarios, de escribir relatos, recuerdo los diarios de sueños y los arrebatos de sentimientos, intelectualidad o intentos de cambio de perspectiva, alguno de esos momentos en los que necesitaba indagar en la Estructura de mi Realidad momentánea. La sensación es por un lado pesimista, existencialista: mi vida ha sido vacía hasta aquí. No dejo rastro que pueda entretener o inspirar a los que me sigan, ya que me avergüenzo de lo escrito hasta ahora, y no tengo nada más que dure. Por otro lado, ¿a dónde voy? y entonces escribo una entrada estúpida en algún cuaderno, diario, etc. Creo que en uno de estos momentos fue cuando comencé este blog. Para vomitar lo invomitable. Y las primeras entradas reflejan esta incapacidad para contar nada que valga la pena. Estuve a punto de eliminarlas o esconderlas cuando retomé este blog, no lo hice por vagancia. En este momento estoy decidiendo que se quedarán ahí, donde están, como testimonio de esa otra faceta de mí. Ascendiendo sobre mis propias raíces me desligo de aquellos testimonios que me hubieran avergonzado en otras ocasiones, además, la red es un sitio extremadamente anónimo. Incluso con aquellos que son conocidos, amigos en el mundo real (¿debería decir mundo físico? - internet es tan real como éste) la relación es distinta en internet. Supongo que la anonimidad te permite ser más libre contigo mismo. El no estar limitado a la comunicación verbal bidireccional (para la cual admito tener graves problemas - tardo demasiado en "procesar" las palabras de la gente y más aún en tratar de elaborar las mías propias) permite elaborar flujos de pensamiento más extensos y no limitados a la tensión del momento en que tienen que ser emitidos. Se desarrollan, y luego acaban. Y se publican en la red y la gente los lee, o no. Y luego los contesta, o hace referencia a ellos en sus propios blogs, o simplemente caen en el olvido. Llegas a creer que conoces a alguien por leer su blog, si bien nunca has tenido comunicación bidireccional con esa persona. Y en persona todos somos distintos. Nos vemos afectados por nuestros juegos sociales, sometemos nuestra expresión y comunicación a las formas y canales aceptados como "estándar". Y nos da miedo innovar con ellos, salvo en las contadas ocasiones en las que nuestros interlocutores son ya tan conocidos en la vida real que hemos superado todas esas barreras. Pero quizá haya tan sólo dos o tres personas con las que pueda hacer eso de contínuo en la vida real. En internet en principio, se puede hacer con todo el mundo. Porque no hay interlocutor. Las palabras son arrojadas a la telaraña. Y si una araña pasa por ahí puede ser que las tome, pero lo más probable es que caigan y caigan...

Fin de la comunicación.
Mood: Post-introspectivo
Song: Apart (The Cure)


sábado, julio 10, 2004
 
Salve Blox!

[He aquí un fragmento de un códice que he encontrado en un estante polvoriento de mi Biblioteca Mental]

De Subtile Itineri

Incipit

En mi post anterior menciono el Camino Sutil, bajo promesa de extenderme sobre el mismo con posterioridad. Voy a hacer una breve introducción hoy en este post.

Explicatio

La Actitud de la Voluntad ante el Universo puede cobrar formas muy diversas, según se manfieste ésta en la Persona, y según la Persona la permita manifestarse en el Universo. Así, encontramos Actitudes más o menos intrusivas de la Voluntad Personal en otras Voluntades o Entidades. El Camino Sutil es una Actitud en la que el Sujeto trata de realizar su Voluntad, no imponiéndola sobre el Universo, sino de forma flexible, modificando el Mismo de forma no intrusiva, de modo que los planes de la Voluntad resulten realizados, pero no por obra directa del Sujeto, sino por la propia Ley de la Evolución Temporal del Universo, que fuerza a que, dadas unas condiciones iniciales (que son las que el Sujeto modifica leve o sutilmente - y de ahí el nombre del Camino) exista un resultado más probable que los demás.

De este modo, lo que mediante la Actitud de imposición sería como esculpir una roca de granito, se vuelve posible mediante el modelado adecuado de las condiciones de contorno, que son como esculpir piedra de Villamayor, que es blanda cuando aún está húmeda, pero que una vez esculpida se deja secar y entonces se vuelve dura como el granito. El proceso de secado corresponde en esta metáfora a la Ley de Evolución Temporal. De ambos modos obtenemos una estatua de piedra extremadamente dura.

Además, el Camino Sutil permite achacar parte del efecto buscado a circunstancias ajenas o externas, con lo que avanzamos en armonía sutil con el Universo.

[El códice se detiene temporalmente aquí]

viernes, julio 09, 2004
 
Salve Blog!

Tras meses (seis meses o así según la fecha del último post) he recordado la existencia de mi blog, inducido por un amigo que me ha revelado la existencia del suyo (iwan manjak), y al mismo tiempo éste me ha recordado la existencia de otro (marc) que también solía leer.

¿Para qué he vuelto a mi Reino Finito? La verdad no lo sé. ¿Tengo algo que decir? Hace años pensaba que sí tenía algo que decir, y lo intentaba, en posts en usenet, en páginas web que un día tuve colgadas en la red, en relatos que he preferido olvidar... ¿Y ahora? Pues no lo veo nada claro. Al leer El Péndulo de Foucault de Umberto Eco descubrí en la actitud de Jacopo una forma de canalizar la mía: ya que nunca había sido capaz de escribir nada que valiese la pena, y los intentos eran cada vez más futiles, mejor mantenerse al márgen, mantener el incremento de entropía al mínimo y no aberruntar al universo con basura que nada bueno puede hacer. El papel de Espectador Pasivo de la Vida me sirvió como molde durante un tiempo, dos o tres años quizá, pero el volver a sentirme rodeado de gente capaz de reflexionar, de expresarse, incluso de publicar libros buenos, me hace plantearme mi actitud. Y es que ser espectador pasivo de la vida, ¿qué trae bueno? ¿qué me ha traído bueno a mí?

En primer lugar, puedo decir que la mayoría de las cosas buenas que me han sucedido en estos años no lo han hecho conmigo como espectador pasivo de la vida, sino en aquellos momentos en los que adoptaba un papel levemente distinto: el de creador activo de la vida, era en aquellos momentos en los que a partir de la voluntad el mundo cobraba forma para adaptarse a ella, de forma espontánea, por "El Camino Sutil" (en otro momento hablaré del Camino Sutil), en los que hacía cosas no triviales, mientras que el limitarse a Espectador Pasivo de la Vida no suele dar resultado para mucho más que salir a beber cerveza y observar como son otros los que se llevan a las pibas a las que miras. Lógico, puesto que en tu condición de Espectador Pasivo no te diriges a ellas. Malo...

Por ahora no hay un "En segundo lugar", no sé por donde continuar esta línea de razonamiento. Por tanto aquí termina este post.


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