Mein endlicher Reich
martes, septiembre 21, 2004
 
Respuesta al comentario de Ok.Ok. sobre el post anterior:
Ok.Ok., no es a bucear simplemente a lo que me refiero... sino a llegar demasiado lejos. Y desde entonces no he vuelto a perderme. Quizá no he intentado ir tan lejos ;) o me aseguro de anclarme primero a algo sólido. Quizá, en un intento de protegerse, mi cerebro ha decidido que ya no quiere tratar ciertos asuntos...
Iba a mencionar en dicho comentario un fragmento del razonamiento que comenzó a desmoronar mi realidad aquella vez, pero mejor lo hago aquí, en un nuevo post... Esto comenzó en el verano de antes de COU [en este momento soy recién licenciado], una noche que había quedado con Reca para salir de fiesta y no había nada que hacer (ese verano fue un poco absurdo). En un momento dado, entre las numerosas conversaciones de este tipo que hubo ese verano, comenzamos a preguntarnos sobre la existencia de una piedra, uno de los adoquines que teníamos delante de nosotros en la plaza. Charlamos sobre el tema durante varias horas, estableciendo condiciones en las que se podía hablar de la existencia de la piedra y condiciones en las que ello no estaba definido, remarcando el hecho de que su existencia definible dependía profundamente de lo que llamamos el contexto en el que la piedra en cuestión se hallaba...
Hasta aquí no hay ningún problema. Pero en mi mente comenzó el proceso. Seguí pensando en aquello varios meses más, y con cada paso que daba en ese sentido, iba eliminando más y más elementos de la realidad. Nada podía existir ya, ya que sólo un observador que se atribuya la existencia puede afirmar existencia de otro objeto. Y así sucesivamente, nivel tras nivel, fui enterrándome en una maraña de pilares y fundamentos de la existencia, cada uno más oscuro e intrincado que el anterior... hasta que en algún momento dado acabé olvidado por allí y sin saber a dónde ir. Sólo mucho después, a finales de mi segundo año de carrera, comenzó a surgir una isla de existencia que me salvó de aquella situación. Supongo que aprendí el peligro que conlleva sumergirse demasiado rápido, y desde entonces no he intentado volver allí abajo...

sábado, septiembre 18, 2004
 
Regreso al blog
Desde una cuenta de Gmail a la que me acaban de invitar, además. iwan_manjak está catalizando numerosos cambios en aspectos externos de mi vida últimamente: Mac OS X, Firefox, Gmail... Supongo que yo también estoy cercano a un punto de inflexión, o que ya lo he superado recientemente, y comienzan a precipitarse cambios varios que cobran aspectos diversos, desde los puramente formales (como los anteriormente mencionados u otros cambios estéticos o estético-morales varios) hasta aspectos profundos que aún no llego a vislumbrar, pero que noto como comienzan a removerse.
¿Por qué me fui de León? Era necesario. Me hací­a falta irme de casa de mis padres, encontrar sentido a mi propia existencia, perderme un poco para después poder buscarme y (hopefully) encontrarme. ¿El resultado? Me perdí­, en segundo de carrera, en parte por pensar demasiado, por intentar buscar fundamentos a determinadas cuestiones de la existencia a las que no se les puede dar fundamento propiamente dicho. Buceé demasiado profundo y casi me ahogué. Pero poco a poco, tras despedazarse y diluirse mi realidad, y tras conocer a algunas personas que me aportaron mucho de su visión del mundo, fue surgiendo una realidad completamente nueva, apenas viciada por aquello que habí­a destruido a la anterior. Una nueva realidad en la que yo ya no pertenecí­a a León, y en la que determinadas cuestiones de la existencia eran definidas ad hoc como axiomas, consciente de que estos axiomas eran necesarios y que de faltar, no podrí­a encontrar sustento sólido a mi realidad. Continuará...


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