Mein endlicher Reich
lunes, octubre 11, 2004
 
Me levanto esta mañana y tras un rato descubro que mi estado de ánimo se acerca al que propició la creación (o re-creación) de este blog. Así que me pongo a escribir. Tristemente no tengo mucho de qué escribir, me he pasado la mañana navegando por las páginas de los múltiples proyectos en los que se dividió el BSD tras su liberación. Soy un freak del *nix, supongo. Mientras tanto, no dejo de observar el icono del Messenger parpadeando, sin conseguir acabar de conectarse en todo este tiempo. Hoy no es un buen día para las comunicaciones. El tiempo otoñal me causa un estado de bienestar relajado y un poco alejado del exterior, un estado como de introspección, un "ahora es el momento de plantearte la vida y elegir". Entonces pienso, pero sobre nada en concreto. No acabo de situarme en ningún papel, estoy en un limbo en el que comparto aspectos de la vida de estudiante, de vida ociosa, de una especie de inicio en la vida laboral... Pero no se configuran como nada en concreto. Así, estoy delante del ordenador que me sigue a todas partes, en León, que es donde aprovecho para escribir algo en este blog, preguntándome por qué no organizo mi vida un poco, establecer un horario por las mañanas al que atenerme, buscarme un par de alumnos por las tardes para aliviar mi situación económica, ir a la piscina o apuntarme a un gimnasio, comenzar con las clases de polaco, incluso empezar a visitar algún curso de doctorado en la UAM. Me falta voluntad. Nunca ha sido abundante, pero ahora me falta explícitamente. ¿De dónde saco más? Tampoco estaría mal dirigir una partida. Si reuniese una poca de voluntad podría acabar de preparar la que tenía entre manos antes del verano, y dirigir me aportaría bastante... Si no dirigir, jugar, tampoco estaría nada mal. Llevo más tiempo del que me gustaría sin jugar...

Comments:
¿Recuerdas mi post de ayer _ese al que tampoco respondiste y ya van dos, majadero ;)_ en el que te decía que ahora tenía más que suficiente con acostumbrarme a mí misma?

Si lo recuerdas, o si lo acabas de leer, entenderás que apenas puedo ayudarte. El otoño me produce un placer similar al tuyo... pero es, hormonalmente hablando, un enemigo. Quizá sea eso lo que lo hace atractivo para mí, no sé.

Pero no quiero perder tu tiempo monologando sobre mí misma. Si puede servir de algo que te lo diga, tienes a una jugadora dispuesta para ti: en los últimos meses, cuando estaba casi todo el tiempo en la cama y no podía trabajar, ni leer, me imaginé como tres o cuatro personajes. Y, si decides animarte a jugar cualquiera de nuestros días, sabes que estaré encantada de que me acompañes.

De momento, es todo lo que puedo ofrecerte.
 
Finalmente te leo, Srta. ;) es un placer tenerla por aquí.
Releo mis últimos posts y me da la sensación de estar escribiendo por escribir... La verdad que últimamente no sabía qué contar y, bueno, así han salido los posts ;) pero estoy desvariando... voy a seguir leyendote...
 
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